TIC TAC

Si cierras los ojos tan solo un momento lo puedes oír tímidamente. Palpita dentro de ti. Te recorre lentamente. Sube por las venas hasta latir en tus pupilas. Vibra en tus sienes, mientras repican las campanas de Santa María. Sin duda, es algo mágico. Algo ancestral y milenario que te une inevitablemente a la vida. Abre bien los ojos y muestra en el espejo del retrovisor el reflejo de tu mirada. Es una imagen anhelante de luz a estas horas. Camina despacio entre las tenues sombras que dibuja el puente nuevo. Al atardecer la orilla del río se difumina por momentos. Sobre otro puente lejano el reloj del ayuntamiento ofrece su perfil a la distancia. Tú recorres con los ojos el paisaje. La luz parece esbozar frágiles nubes sobre un fondo rojizo que se desvanece, que desea convertirse en noche. Esa noche que se escapa entre tus dedos como el humo de una taza de café en invierno. Sabes que otros puentes han caído. Sigue cortado aún uno de los carriles del Puente de Costana, en Salas...