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Mostrando entradas de agosto, 2018

Cosas nuestras

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    Era la primera vez que pronunciaba aquella frase que tantas y tantas veces había escuchado en los labios ajenos. Siendo una chiquilla pensaba que ese par de palabras dotaba a los adultos de una autoridad que ella no alcanzaba muy bien a comprender, pero que aceptaba de un modo casi intuitivo.     Tras ese sintagma de función indeterminada se ocultaba una realidad inexplorada de la que se veía excluida. Con el paso de los años había aprendido a identificar aquellos fonemas con una especie de tabú mágico y misterioso asociado, unas veces, a una complicidad íntima entre dos personas, y, otras, a un dolor indescriptible.     Solía recordar un día de lluvia en el que un joven alto y apuesto se ofreció a acompañarla a casa, pese a la prohibición paterna de hablar con desconocidos. Rememoraba su primer beso exento de toda malicia, la sensación de sentirse protegida de todo mal, la ilusión con que se tomaban una taza de café a la salida de clase todos los jueves por la tarde, l

A LA HORA DEL CREPÚSCULO

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A LA HORA DEL CREPÚSCULO Lunes 21 de octubre de 1885 A la hora del crepúsculo     Algún día volveré a recordar la belleza de este paisaje. Me quedaré absorta imaginando... Sentada en mi rincón favorito de la casa. Mis hermanos preguntarán por mí a la hora del almuerzo y no obtendrán respuesta alguna. No podré oírles. Después se acercarán hasta mi cuarto. Llamarán a la puerta   golpeando con los nudillos levemente. Irrumpirán de golpe. Sobresaltada me levantaré de la silla de madera, que perteneció a la bisabuela,   y dejaré caer mi última lectura sobre la cama.         En la tarde iré al río a lavar la ropa. El agua estará tan helada como mis manos. Regresaré a casa dando un rodeo. Me detendré a recoger por el camino algunas flores. Cuando me quiera dar cuenta se habrá alejado otro día. El cielo se tornará rojo entre los almendros, y dejaré caer mi última lectura sobre la cama... Imagen:  Luana Fischer Ferreira ( INTEF) [Eva M. Miranda Herrero, publicad

Los ojos de la máscara

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LOS OJOS DE LA MÁSCARA Colgaba sobre una escarpia en la pared azul de un pequeño cuarto. Sola, sobre la cabecera de la cama. Siempre inerte, siempre inmóvil. Ajena a las idas y venidas de la joven, que allí la colocara. Ajena a las horas de estudio, a las visitas de familiares y amigas, a los sueños, a las conversaciones, a las buenas y a malas noticias. Incapaz de conmoverse sonase Senderos de traición de Héroes del silencio o cualquiera de los discos de Enya   o de Loreena Mc Kennit. Sus labios gruesos de azul cobalto, a diferencia de los de la joven. No tenía los ojos verdes ni el pelo oscuro y largo de aquella. No podía vestir los pantalones marrones, los juegos de jersey de manga corta y chaqueta. Tan sólo un antifaz, dibujado con brillantina cubría la escayola. Un antifaz mitad cerúleo, mitad malva sobre la nariz chata. Algún minúsculo dibujo: una rosa de carmín de granza como   una de las flores favoritas de la dueña; una mariposa en negro marfil y tierra siena tosta

Anónimo del siglo XV

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            Aún queda el silencio. No importa si el destino está esculpido entre estas paredes calizas o tallado en maderas policromadas. El silencio no existe en los retablos. No habla en los vestigios dorados de las casullas desvencijadas. El silencio no duerme en los altares ni en las pilas bautismales. Siempre está ahí. Siempre escucha. Trepa por los nervios de las bóvedas cuando se van las últimas luces, mientras suenan nuevas músicas y siento que todo es tan...tan...   No sé...                         ¿Adónde se habrán ido los canteros? El órgano del coro parece ahora demasiado pequeño, demasiado mudo. Su perfil, sin embargo, se funde con imágenes digitales, grabaciones de campanas remotas y ecos de voces que nunca volverán. Solo este instante íntimo será capaz de repoblar mis pensamientos cuando me aleje, de nuevo, por la carretera hacia una vida incierta. Huele a lluvia antigua, agua encorsetada por los siglos. Y he pensado tantas veces en ti que tus rasgos vienen a m

Breve pero intenso

Fotos en sepia con su rostro, partituras desperdigadas, artemisas hechas añicos, patas y astillas de aquella mesa de cerezo en la que tomar un par de cafés cortados...             No podrás describir nunca la delgadez de sus dedos, la inmensidad de su mirada, la raya que separa sus cabellos dejando caer aquellos mechones de rubio platino...   Sus ojos apagados te han desterrado de la tierra. Contemplas la espesura. La soledad te embarga. Sientes la profundidad de las horas, de los días ingentes y de las mentiras ajenas. Así que alcanzas con la mano derecha aquella vieja cajita de fósforos con el dibujo de una fragata y el nombre de una marca que ha desaparecido del mercado y de los estancos. Dejas caer una cerilla en la chimenea del salón principal. Miras por la ventana para perderte de nuevo por aquel robledal en el que jugabas a la isla del tesoro, mientras la lumbre lo convierte todo en cenizas.             Te sientas cerca del fuego su calor es breve, pero intenso. La

Asimetrías del aire

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ASIMETRÍAS DEL AIRE Estos día he tenido la suerte de disfrutar de recitales poéticos y lecturas compartidas. Primero, en Palacios de la Sierra, gracias a Ana Mejorana, en un ambiente informal, distendido, ameno, heterogéneo... Y luego en  uno de los más emblemáticos actos de Salas de los Infantes: la Gala Poético-Musical. Mi principal intervención como "Mantenedora" de este 2018 comienza a partir de 46m47s. Os dejó aquí unos versos que he rescatado del olvido estos días, sacados de un antiguo poemario Asimetrías del aire que espero poder publicar en breve. TEMPUS FUGIT                                   Esta tarde fluye despacio. Reposa. Siento una calma serena. Mis manos huyen. Como gotas de agua caen. Y pienso que la muerte es solo una palabra   que se mece entre mis labios cuando el día no sabe a dónde va. VANITAS VANITATUM El paisaje se pierde entre las sombras… He bordeado las hojas de los árboles y puedo sentirlo. Puedo

Versos en el aula

En los enlaces adjuntos aparecen seis trabajos realizados por alumnos del IES Alfoz de Lara. Son locuciones grabadas por los jóvenes de 3ºESO del curso 2017-2018 que hicieron suyos los versos de Andrés Trapiello, Rosa Chacel, Gerardo Diego, Ángel Rojo y Jorge Manrique. Posteriormente, les añadieron imágenes, principalmente del INTEF. Estas locuciones fueron grabadas en el estudio Eldana en Dueñas. Dos poemas de Andrés Trapiello Rosa Chacel "Romance del Duero" de Gerardo Diego Jorge Manrique Ángel Rojo Asimismo dos alumnas crearon sus propios textos con motivo de la Fiesta de Santa Cecilia. Adjunto el enlace Santa Cecilia

LA NOVIA DEL VIENTO

A la deriva en aquella barca. Lo recuerdo. Recuerdo las aguas y aquella sensación de  saberme pequeño que tanto me inquietaba. A veces me abrazaba a su cuerpo, a sus líneas delgadas, a sus curvas trasparentes y creía ingenuamente poder confundirme con el salitre.  Había perdido la noción de los días y tenía plena conciencia, si es que eso es posible, de andar errante en el océano como el judío de  la famosa novela de Noah Gordon con la diferencia de que él vagaba en tierra firme, una tierra que empezaba a olvidar en mis sueños. Estaba sediento, fatigado, perdido entre el oleaje y había desistido hacía ya unas horas de cualquier intento vano de navegar usando brazos por remos y la intuición por timonel. Así que me abrazaba a aquel cuerpo inexistente... El sol se deslizaba un día tras otro, una noche tras otra, sumergiéndome en la profunda oscuridad de la desidia... Mi semblante mostraba una barba incipiente en un gesto cansino que solo a veces podía contemplar en el reflejo