Santos Reyes


Han pasado ya varias semanas de las manifestaciones en la Ribera del Duero y en la Sierra de la Demanda, en este último caso con Salas  de los Infantes a la cabeza, contra los recortes en Sanidad en el medio rural, y no es broma.  Dicen que sin población no hay servicios, pero sin servicios estamos potenciando la despoblación, contra la que se supone luchan las administraciones públicas... Releo este artículo de hace una década, y me doy cuenta de que la vida parece una inocentada que se repite en el tiempo:

SANTOS REYES

        Una sola voz... Un solo camino... Entre la multitud el mundo parece trasformarse. Parece posible que las palabras cobren forma, que las huellas de nuestros pasos sean tantas, tan innumerables...
           Todos los años escribimos a los Tres Magos de Oriente una carta por estas fechas, conservando la ilusión de que las palabras pueden llegar lejos, creyendo que nuestras peticiones serán al menos leídas en algún rincón del lejano Oriente, como si nuestros esperanzas fuesen capaces de sobrevivir a un largo viaje a través de las dunas del desierto.
            Por eso hoy sigue siendo  1 de diciembre, porque ese día salimos todos juntos a la calle como una gigante carta humana que agrupa la voz de aquellos que quieren que las cosas mejoren. Convertidos en niños grandes que ilusionados le piden un deseo a una estrella fugaz.
Hace ya varios años, pedíamos para la comarca de Aranda y la Ribera, un nuevo Hospital. Todo se quedó en una reforma de instalaciones. Lo cierto es que necesitamos más médicos porque la situación es insostenible. Pocos médicos y muchos pacientes: una mala combinación.
Una de esas combinaciones en las que todos perdemos. Nadie hace nada. Unas y otras administraciones se echan la culpa entre ellas. A veces ni siquiera eso: solo un silencio burocrático. Tras él,  el olvido y la nada. Mientras los ciudadanos sufrimos las consecuencias, solo nos queda pedir. Solo nos queda esperar como cada año que lleguen los Reyes Magos y suceda el milagro de la Navidad.
El 1 de diciembre habremos salido a la calle convertidos en Santos Reyes. Ni siquiera la lluvia habrá podido apagar la llama de nuestras inquietudes, porque nos habremos traído el regalo de la libertad de expresión, el derecho a reivindicar la vida, porque sin la salud no hay vida y sin vida no hay nada.
Sí, queremos más médicos, que puedan trabajar en unas condiciones laborales justas, que no anden a la carrera por los pasillos de un hospital, en donde con más frecuencia de la que se quisiera, cualquier rincón es bueno para improvisar una cama.
Sí, queremos buenos especialistas, bien formados, que puedan trabajar en condiciones adecuadas, para que no tengan que irse fuera. Para que no deseen marcharse nunca.
Faltan unas pocas semanas para Navidad y muchos de nosotros sabemos que es lo que queremos pedir en nuestras cartas. No queremos ser como esos pobres niños a los que nunca los Reyes les traen nada. Sin tren... Sin médicos... Sin comunicaciones...  ¿Somos ciudadanos de segunda? ¿Leerán este año los Reyes nuestras cartas?

[Eva M. Miranda Herrero, Diario de Burgos, Edición La Ribera, diciembre de 2007]


Comentarios

  1. Tiempos de escaseces, pero también de auténtica ilusión , esperanzas compartidas y vivencias plenas que tan bien refleja la autora de esta narración.
    Me han encantado las ilustraciones (tan oportunas para estas fechas navideñas) de estos últimos textos.

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo con estas reivindicaciones sociales que siguen siendo tan actuales como que el sol sigue alumbrando.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Con la punta y el tacón

El color cobrizo de los viñedos